Paulino Peralta, maestro de inglés de nuestro Instituto, se jubiló en abril de este año tras una dilatada carrera docente en la que ha visto pasar a generaciones de alumnos y a muchos compañeros y compañeras que hemos trabajado con él. Con motivo de dicha jubilación hemos querido darle la oportunidad de expresar sus sentimientos con una entrevista que reproducimos en este artículo. Paulino, te echaremos de menos por muchos motivos, pero sobre todo por tu eterno buen humor que nos ha ayudado a vivir mejor nuestro trabajo, y por tu profesionalidad.

 

 

– Hola, Paulino, ¿cómo te sientes después de tantos años dedicados a la escuela?

Me siento tranquilo, satisfecho de haber cumplido siempre lo mejor que supe y pude. Y sobre todo contento de haber culminado una etapa importante de mi vida con satisfacción. Jubilarse solo tiene un inconveniente, LA EDAD , jubilarse con 30 años debe ser una gozada.

– ¿Cuánto tiempo has estado dedicado a la enseñanza?

Comencé en el curso 1976/77. Así que ahí tenéis un sencillo problema matemático para resolver.

– ¿En qué centros has trabajado?

Comencé haciendo sustituciones (Adamuz y Córdoba). Después Carcabuey, luego Badolatosa, y por último desde 1984 Montemayor, donde como sabéis he vivido, he criado a mis hijos, y me siento uno más del pueblo.

– ¿Es muy diferente la escuela que acabas de dejar a la que conociste cuando empezabas?

Muchísimo, Ha ganado mucho en intenciones, pero poco en la práctica y menos en resultados. Es muy distinta, debería ser infinitamente mejor que aquella, tiene motivos para serlo: centros, material, profesorado, ratio… todo es infinitamente mejor que entonces… pero la realidad es que no se obtienen los resultados apetecidos.

– Habrás vivido y te habrás adaptado a muchos cambios ¿qué destacarías?

Bueno no han sido tantos, teniendo en cuenta que ya empecé a trabajar con la E.G.B. quiero decir que como maestro no trabajé en escuela unitaria, pero sí que ha habido algunos, como las especialidades. Después la secundaria. Y ahora qué no decir de las famosas COMPETENCIAS.

A mí aquí me gustaría destacar que cuando llegué al pueblo, fui el primer especialista de inglés que aquí llegaba, no se impartía inglés en Montemayor en aquella época. Inmediatamente nos pusimos manos a la obra (¿Verdad amigo Currito? 😉 (Curro era el director entonces) y hasta hoy. Ya tenemos varios alumnos, hoy diplomados
o licenciados en Filología inglesa (léase Gregorio, Sonia , mi propia hija , Paqui… y algunos más.

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Paulino (3º por la derecha), con sus compañeros del CEIP Miguel de Cervantes de Montemayor en 1987

 

– Por el contrario ¿ha habido principios de tu profesión que no han cambiado y que siguen ahí a pesar de los cambios?

Por supuesto, Los enseñantes como cualquier hijo de vecino, profesional, trabaja para ganar el sueldo que saque su casa adelante, pero además, yo puedo asegurar sin miedo a equivocarme que es una profesión de vocación, de lo contrario este trabajo no se puede aguantar. Sí, sí, así es, a pesar de que por la calle se habla de sueldo, vacaciones, pocas horas, etc. Para ser profesor tienes que tener vocación y hasta yo diría que un cariño especial a los niños.

– Seguro que has vivido infinidad de anécdotas en tu larga carrera ¿recuerdas alguna?

Sí que hay algunas. Recuerdo que una vez la dueña de un hotel en Galicia no nos dejaba marchar porque los alumnos habían roto una puerta, y no había quien se fuera de allí. Pero para mí como anecdótico que más me ha llamado la atención, es haber tenido muchos alumnos, de cuyos padres y madres también fui maestro. Es una sensación difícil de explicar cuando tú tienes un alumno con 14 años delante de ti, y recuerdas a su padre o madre cuando con la misma edad también era alumno tuyo. Pero como diría un francés: C’est la vie.

– ¿Qué nos recomiendas a los compañeros en activo a partir de la experiencia vivida?

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Comida homenaje a Paulino por su jubilación

Que os jubiléis enseguida que podáis. Pero mientras tanto, y hablo a los compañeros de este centro a los que conozco de muchos años, os diría que no cambiéis en nada, pues creo que sois un muy digno ejemplo para la enseñanza. Y esto último os lo digo de verdad muy en serio.

– Por último, te damos la oportunidad de mandar un saludo de despedida y de decirnos lo que tú quieras.

Bueno, pues aprovecho para decirle adiós como maestro al pueblo de Montemayor que tan bien me acogió hace ya 28 años, (digo como maestro, porque como vecino seguiré viviendo aquí), adiós a los compañeros, que no os echaré de menos porque bajaré a visitaros de vez en cuando. Agradeceros que siempre tuvisteis la cara amable para mí, y por supuesto destacar que aquí hice muy muy buenos amigos, a los que quiero de verdad, que procuraré conservar por encima de todo. Adiós a todos los que un día fueron mis alumnos. Y por supuesto pedir perdón a aquellos alumnos o compañeros con los que me pude equivocar, jamás lo hice con conciencia de hacerlo mal. GRACIAS A TODOS, OS DESEO LO MEJOR. UN FUERTE ABRAZO.